Hurtado García. Manuel
            [971] (1890-1965)

 
   
 

    Fundador de las Siervas del Evangelio en 1940, fue un catequista de buen corazón, tanto en los años de párroco sacrificado y fiel como en sus años de episco­pado.
   Nació en el 25 de Marzo de 1890 en Arenas del Rey, Granada de familia humilde. En 1901 estando con sus abuelos, en Torrevizcón, visitó la escuela y la parroquia el Obispo de Granada, Mns. Meseguer y Costa. Encargado de darle la bienvenida, llamó la atención por su naturalidad. El Prelado le invitó a ingresar en el Seminario de S. Cecilio y allí fue admitido al poco tiempo.
   Su amor a los niños le movió a seguir, al mismo tiempo que la Teología, estudios de Magisterio al mismo. En 1918 obtuvo el Doctorado en Teología y fue ordenado sacerdote el 20 de Diciembre de 1919 por el mismo Obispo que le orientó al Seminario. Fue destinado a ser profesor del Seminario
   En 1922 fue enviado como cura a la Parroquia del Sagrario. Luego pasó a la Iglesia de Ntra. Sra. de la Magdalena. Durante catorce años se entrego sin medida, sobre todo a la catequesis de los niños que era su tarea predilecta.
   Al comenzar la guerra de 1936 siguió trabajando en la clandestinidad. Al termi­na, en formo el grupo de catequistas que daría la Congregación de las Siervas del Evangelio. Las primeras tomaron el crucifijo el 26 de Julio de 1940. Preparó sus constituciones y alentó sus trabajos.
   En 1942, en Diciembre, el Nuncio pontificio le pidió su aceptación como O­bispo auxiliar de la Diócesis. El 4 de Febrero se confirmó su elección, que ya había firmado Pío XII el 13 de Enero anterior. Con mucho pesar acogió el nombramiento por obediencia.
   No era Canónigo de la Catedral, por lo que los beneficiados de ella se sintieron desagradados. Sufrió por ello cierto vacío. Consagrado el 2 de Mayo de 1943 siguió ejerciendo como Párroco por algún tiem­po y, en lo posible, actuan­do como Auxiliar en cuanto se le pedía.
   En 1946 dejó la parroquia y se dedicó a la Diócesis, contando mucho con las Siervas del Evangelio. En 1947 falleció el Obispo titular y él quedó relegado, retirándose a una discreta y apostólica vida de sacerdote. Designado como Obispo titular de Tarazona, en la provincia civil de Zaragoza, se entregó a su nueva tarea y en su grey con sencillez y cordial acogida. Reorganizó el Seminario, trabajó por los sacerdotes, siguió de cerca a las Siervas del Evangelio.
   En 1965 tuvo un accidente camino de Barcelona, en el que falleció su hermana que con él viajaba para una consulta médica. Muy afectado por el incidente se deterioró su salud y falleció el 12 de Marzo de 1966.
     Entre su obras dejaba "Constituciones de las Siervas del Evangelio", "Introduc­ción a la vida religiosa", "Conferencias sobre catequesis", "Apuntes sobre la preparación de los niños a la primera comunión", "Lecciones para una Escuela de Catequistas" y diversas "Cartas Patorales episcopales" de gran riqueza doctrinal y sencillo estilo pastoral.